Escrito por: Evanss6
Traducción: AididiaoJP, Foresight News
En cualquier momento del pasado, cuando se hablaba de criptomonedas, probablemente este era un buen consejo: acumulá bitcoin, o alguna moneda principal, hacé staking, probá productos nuevos con recompensas, jugá con futuros pero sin liquidarte, y así probablemente ya habrías ganado plata. Detrás de esto hay dos creencias centrales: que bitcoin se convertirá en un activo de reserva de valor sin soberanía cada vez más mainstream; y que los contratos inteligentes serán la infraestructura de las finanzas.

No voy a detallar cómo se validaron estos juicios, porque tenemos que hablar de esta “jaula”. Solo voy a dar dos hechos:
Los ETF de bitcoin recibieron 49 billones de dólares, los ETF de ethereum recibieron 4.3 billones de dólares, y los ETF de altcoins recién están empezando. Michael Saylor compró más de 40 billones de dólares él solo, y muchas empresas también están comprando de a poco.
Robinhood acaba de anunciar que va a construir una cadena EVM usando el stack tecnológico de Arbitrum, como infraestructura financiera de backend para su plataforma, y además va a lanzar el producto más popular de las criptomonedas: los contratos perpetuos.

Las criptomonedas se parecen cada vez más a las finanzas tradicionales. Son compradas por la generación anterior en cuentas de brokers, promocionadas por Larry Fink, y usadas tecnológicamente por empresas como Robinhood. Lo que muchos imaginábamos hace diez años, se está haciendo realidad.
¿Entonces qué es exactamente la “jaula del costo hundido”?
En pocas palabras, es insistir en algo solo por lo que invertiste en el pasado. Esto puede aparecer en muchos aspectos: tus habilidades, inversiones que todavía tenés, tus relaciones, el trabajo que no te animás a dejar, o si invertiste todo tu tiempo en criptomonedas.
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“No quiero dejarla porque tenemos demasiado pasado juntos.”
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“No quiero cambiar de rubro porque ya invertí demasiado tiempo en esto.”
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“No quiero vender ethereum porque compré temprano, y me fue bien.”
Todos estos son ejemplos de la falacia del costo hundido. No darte cuenta de que pensás así es una forma de autosabotaje, que te hace seguir haciendo cosas que en el fondo sabés que ya no te benefician.
La jaula del costo hundido es la versión moderna de la alegoría de la caverna de Platón.

Los prisioneros solo conocen las sombras en la pared, no saben de dónde vienen ni que hay un mundo más grande afuera.
En la alegoría de Platón, los prisioneros se quedan en la caverna porque confunden las sombras con la realidad, sin saber que afuera hay un mundo “más real”. En la versión moderna, nos quedamos no por ignorancia, sino porque invertimos demasiado en esas sombras. Ese trabajo que ya no te sirve, la carrera en la que ya no creés, la identidad construida a fuerza de horas y aguante, todo eso son costos invertidos. Cuanto más tiempo, educación y reputación pusiste, más difícil es irte. La ilusión ya no es solo externa, se internaliza como responsabilidad, lógica y “lo razonable”.
Pero la libertad no es barata. Salir de la jaula del costo hundido implica admitir que lo que construiste quizás ya no te beneficia. El esfuerzo pasado no puede ser la razón para quedarte. Como el prisionero que se da vuelta y mira la luz, no solo hace falta coraje, también hay que traicionar a ese yo que fue demasiado leal a su propia inversión. Lo más difícil no es ver la verdad, sino despedirse de ese yo que se quedó demasiado tiempo, que creyó ciegamente y pagó el precio de la jaula.
Mi experiencia
Yo mismo estuve mucho tiempo en la jaula.
De adolescente me enamoré del póker. En el fondo del aula del secundario, siempre estaba calculando expectativas de bankroll en mi cuaderno, sin escuchar ni tomar apuntes. En dos años, pasé de jugar mesas de 0,01/0,02 dólares a las de apuestas altas. Con el tiempo, me empezó a gustar cada vez menos jugar, y lo veía solo como una forma de ganar plata. Siempre pensaba “en dos o tres años me voy”.
Pero pasaron diez años y nada cambió. Seguía jugando, seguía ganando, pero siempre sentía que la plata no alcanzaba para “hacer otra cosa”. Peor aún, ni siquiera sabía qué podía hacer, y lo veía claro: el póker es un juego en decadencia, tenía que esforzarme cada vez más para mantenerme. Pero me decía que debía seguir, porque me costó mucho volverme bueno, me daba más retorno que otras opciones, no tenía otro camino viable, y ni tiempo para pensar: mantenerme como ganador estable en high stakes online ya era bastante: estudiar estrategia, buscar buenas mesas, evitar trampas y sitios truchos…

La verdad, este problema de “no poder cambiar porque gano bien” es un lujo. Pero cuando me costaba cada vez más encontrar una industria mejor, supe que los días estaban contados.
Primer contacto con las criptomonedas
Por mi trabajo anterior, conocí las criptomonedas muy temprano. En 2012, leí sobre bitcoin por primera vez en un foro de póker llamado TwoPlusTwo. Para ese entonces, el subforo de bitcoin ya llevaba más de un año.

La primera respuesta es graciosa: “Esto vale 70 centavos, una moneda que nadie usa y llega a este precio, me muero de risa.” La segunda respuesta dice que en realidad se puede cambiar por dólares o comprar pizza, ese fue el primer uso de lo que después serían 2 trillones de dólares en activos. Unos mensajes más abajo:

“Realmente me perdí una era.” En fin, me llamó la atención porque algunos sitios de póker empezaron a usarlo. En ese momento, me parecía ridículo que su capitalización fuera de 2 billones. Si solo servía para mercados negros o grises, tal vez valía eso; si lograba ser mainstream, su valor se multiplicaría muchas veces.
Para 2016-17, a medida que mis inversiones crecían, cada vez dedicaba más tiempo a las criptomonedas (sobre todo a los ICO). Ese cambio de tiempo fue el primer paso para salir de la jaula. Pero recién en 2020, con el auge de DeFi y la posibilidad real de ganar plata, me metí de lleno.
En ese momento no entendía nada de trading, tuve que aprender haciendo. Estudié matemática económica en la universidad, pero lo único que realmente sabía era póker. Por suerte, el póker es un campo de entrenamiento ideal para el trading: te da feedback brutal y en tiempo real sobre tus decisiones, te obliga a gestionar riesgos, poner precios correctos, armar estrategias globales, y te entrena la resiliencia emocional y las soft skills para bancarte las malas rachas, todo necesario para el trading independiente.
Al final, estoy muy agradecido y me considero afortunado de haber dedicado tanto tiempo entre 2013 y 2019 a explorar esas curiosidades, porque cuando llegó la oportunidad, estaba en la mejor posición. Si en esos años me hubiera enfocado solo en el póker, tal vez habría sido mejor jugador, pero seguir mi intuición y armar un plan de transición/salida fue realmente una suerte.
¿Cómo aplica esta “jaula” hoy?
En los últimos años, el nihilismo financiero en el mundo cripto se hizo cada vez más evidente. Cada vez más gente dejó de creer en los ideales lindos con los que entró. El objetivo pasó a ser “hacer plata”, meterse a fondo, laburar a muerte, y cuando se junta suficiente, “salir”.

En general, hay cuatro bandos:
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Bando verde (creen en bitcoin, no en otras criptomonedas)
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Bando rojo (creen en las criptomonedas, no en bitcoin)
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Bando marrón (creen en ambos)
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Bando blanco (no creen en ninguno)
Cada bando, con dos variantes, da ocho combinaciones:
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(a) Creen que todavía hay margen de subida, vale la pena arriesgar
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(b) Creen que el margen de subida ya se lo llevaron los primeros
Creo que solo los del 2(a) deberían dedicar todo su tiempo a las criptomonedas. Si estás en 1(b), 2(b), 3(b) o 4(b), mejor empezá a dividir tu tiempo y armá un plan de salida. Si estás en 1(a) o 4(a), con tener bitcoin alcanza, no hace falta mirar mucho más. 3(a) puede tener algo de bitcoin y otros activos, y repartir tiempo y energía entre cripto y no cripto. Si viste mi cuenta y mis posts, notarás que entre 2015 y 2023 estuve la mayor parte del tiempo en 2(a), pero ahora me muevo entre 1(a), 3(a) y 3(b).
Hablemos del bando rojo. En los últimos años, estar ahí fue bastante doloroso.

Básicamente estamos en una situación donde el dominio de bitcoin sigue subiendo, aunque el sistema cripto en general es más popular. Incluso si predeciste con precisión que el ETF de ethereum iba a tener más de 4 billones de dólares de compras netas, que gigantes como Robinhood usarían su tecnología, que Trump iba a ganar, reformar la SEC, terminar con OCP2.0 y crear un entorno pro-cripto. Desde el día que salió el ETF, tu inversión en ethereum igual cayó. Y hoy ethereum ronda los 2.600 dólares, así que los inversores de 2015 multiplicaron entre 2.000 y 8.600 veces su inversión.
Entonces, la respuesta
Dudo que, como dice Mippo en el tuit del principio, la “paciencia” sea realmente el camino correcto o la mayor oportunidad. Todo lo que soñaste ya pasó o está en camino. En 2017, si Robinhood anunciaba que iba a desarrollar sobre ethereum, el precio subía 10% al toque, pero ahora cambió. Ahora la jugada es comprar acciones de HOOD. Creo que todavía hay oportunidades en cripto, pero la tendencia de que las oportunidades se las lleven los activos no cripto (acciones) o insiders (equipos/inversores privados, mirá Celestia Finance), no es muy amigable para los soñadores. Si realmente querés “aguantar”, tenés que invertir temprano en esos proyectos o hacerlos vos mismo. Así que Mippo no se equivoca: todavía hay oportunidades resolviendo problemas reales en cripto. Pero no creas que porque la tecnología cripto se popularizó, el precio de los tokens necesariamente va a subir (especialmente comparado con otros activos en los que podés invertir).
A menos que seas un verdadero fanático del bando rojo 2(a), “aguantar” es elegir quedarte en la caverna mirando las sombras en la pared, mientras afuera ya están con IA y robots.
Lo mejor es que te preguntes con honestidad: ¿de qué lado estás? ¿Te gusta la criptomoneda? Sea como sea, tratá de desarrollar habilidades que te sirvan en otros ámbitos, por si acaso. Al menos, no vas a estar infeliz por dedicar todo tu tiempo a algo que ya te cansó. Y si te equivocás, vas a tener un lugar donde caer parado.
La puerta de la jaula del costo hundido no tiene llave, lo único que te retiene son tus propios pensamientos. Solo tenés que abrir la puerta de vez en cuando y salir. La vida es hermosa, el mundo está lleno de posibilidades.

