Bank of America, uno de los bancos más grandes de Estados Unidos, ha dado un giro significativo en su postura frente a las criptomonedas.
De acuerdo con informes recientes, la entidad permitirá que sus asesores financieros recomienden asignar hasta un 4% de las carteras de sus clientes a criptomonedas. Al mismo tiempo, eliminará las restricciones que mantenía hasta ahora y comenzará a cubrir cuatro fondos cotizados (ETF) de Bitcoin.
Este movimiento representa un hito relevante, ya que evidencia que el sistema financiero tradicional empieza a reconocer a las criptomonedas como un componente legítimo dentro de las estrategias de inversión contemporáneas.
Bank of America entra en la era cripto
Hasta ahora, los asesores del banco tenían prohibido sugerir criptoactivos a menos que el cliente lo solicitara de forma explícita. Sin embargo, con la nueva política esa restricción desaparece.
Según informes , a partir de enero de 2026, los clientes de las divisiones Wealth, Merrill y Private Bank podrán recibir recomendaciones para destinar entre 1% y 4% de su portafolio a criptomonedas.
Además, Bank of America ampliará su cobertura para incluir cuatro ETF de Bitcoin, entre ellos fondos de firmas ampliamente reconocidas, lo que refuerza su intención de ofrecer una alternativa regulada, accesible e integrada al sistema financiero tradicional.
Este cambio tampoco ocurre en el vacío. Forma parte de una tendencia más amplia dentro del sector, donde diversas instituciones comienzan a reconocer a los criptoactivos como vehículos de inversión más maduros, capaces de complementar portafolios diversificados sin asumir niveles de riesgo excesivos.
La nueva puerta de entrada a las inversiones digitales
El respaldo de un gigante financiero como Bank of America envía señales relevantes para el mercado. Por una parte, legitima la inclusión de criptoactivos dentro de portafolios estructurados, aunque mantiene un enfoque conservador que limita su peso al 4%.
Por otra parte, la ampliación de cobertura hacia ETF facilita el acceso a Bitcoin sin necesidad de custodiar directamente los activos digitales, lo que disminuye barreras técnicas y reduce riesgos operativos.
Como consecuencia, este cambio puede atraer a quienes antes se mantenían al margen debido al desconocimiento o la volatilidad, pero que ahora buscan una exposición moderada y regulada.
Además, al flexibilizar las restricciones previas, se vuelve más sencillo integrar criptoactivos en estrategias diversificadas que combinan activos tradicionales con alternativas digitales.
Un paso simbólico hacia la integración cripto-financiera
La decisión de Bank of America representa mucho más que una recomendación puntual, ya que simboliza una convergencia progresiva entre la banca tradicional y el ecosistema cripto.
Al incorporar fondos de Bitcoin en su oferta, habilitar asignaciones moderadas y flexibilizar políticas internas, el banco sugiere que las criptomonedas están dejando de ser un segmento opcional para abrirse paso hacia el terreno mainstream.
Además, este movimiento podría motivar a otras instituciones financieras a revisar sus estrategias y adoptar posturas más abiertas, favoreciendo un entorno de mayor diversidad e inclusión.
En este panorama, la infraestructura bancaria convencional y la innovación digital comienzan a aproximarse de manera tangible, demostrando que lo que antes parecía arriesgado o estrictamente experimental empieza a consolidarse como una alternativa legítima dentro de carteras diversificadas.
