El solar punk está en auge en África, ¿es la descentralización el futuro de la infraestructura global?

El modelo para la construcción de infraestructura del siglo XXI no está liderado por el gobierno, no es centralizado y no requiere proyectos gigantescos de 30 años.

Escrito por: Skander Garroum

Traducción: Chopper, Foresight News

La estafa de “esperar la red eléctrica”

Un dato puede indignarte: 600 millones de personas en el África subsahariana carecen de acceso confiable a la electricidad. Esto no se debe a problemas técnicos, ni a que no la necesiten, sino a que la economía unitaria de extender la red eléctrica a zonas rurales es demasiado deficiente.

El modelo tradicional de desarrollo es más o menos así: primer paso, construir una central eléctrica centralizada; segundo paso, tender cientos de kilómetros de líneas de transmisión; tercer paso, suministrar electricidad a millones de hogares; cuarto paso, cobrar la factura de electricidad; quinto paso, mantener el sistema de forma permanente.

Este modelo funcionó bien durante el proceso de electrificación de Estados Unidos en los años 30. En ese entonces, la mano de obra era barata, los materiales estaban subsidiados y el gobierno podía expropiar derechos de paso de tierras. Pero si intentás suministrar electricidad a un agricultor que gana solo 600 dólares al año y vive a cuatro horas de la carretera asfaltada más cercana, este método ya no funciona tan bien.

Los datos hablan por sí solos:

• Costo de conectar un hogar rural a la red: entre 266 y 2000 dólares
• Gasto mensual promedio en electricidad de un hogar rural: unos 10-20 dólares
• Período de recuperación de la inversión: 13-200 meses (suponiendo que se pueda cobrar la factura)
• Tasa de cobro de electricidad en zonas rurales: situación compleja (difícil de garantizar en la práctica)

Por lo tanto, las empresas de servicios públicos hacen lo que cualquier actor racional haría: dejan de construir donde desaparece la rentabilidad, y esos lugares son precisamente donde se concentra la población.

Este ha sido el secreto a voces en las regiones en desarrollo durante 50 años. “¡Estamos avanzando en proyectos de extensión de la red!” En realidad significa: la extensión de la red es económicamente inviable, pero tenemos que decirlo para seguir recibiendo fondos de donaciones.

Mientras tanto, 1.500 millones de personas gastan hasta el 10% de sus ingresos en combustibles contaminantes como queroseno y diésel. Caminan durante horas para cargar el celular, no pueden refrigerar medicamentos ni alimentos, los niños no pueden estudiar después del anochecer y las mujeres inhalan humo de cocina equivalente al daño de dos paquetes de cigarrillos al día.

El milagro del hardware solar

Mientras todos debatían sobre subsidios a la tarifa de alimentación y grandes plantas solares, el costo de la energía solar cambió radicalmente.

Cambios en el precio de los paneles solares:

• 1980: 40 dólares / W (vatio)
• 2000: 5 dólares / W
• 2010: 1,5 dólares / W
• 2020: 0,3 dólares / W
• 2025: 0,2 dólares / W

Una caída del 99,5% en 45 años, la “Ley de Moore” de la energía solar. Más sorprendente aún es el cambio en el precio de los sistemas solares domésticos completos.

Evolución de los sistemas solares domésticos:

• 2008: 5.000 dólares (solo accesible para los habitantes urbanos ricos de Kenia)
• 2015: 800 dólares (accesible para agricultores de clase media)
• 2025: 120-1200 dólares (beneficio real para pequeños agricultores)

El costo de las baterías también cayó un 90%, los inversores se abarataron y la eficiencia de las bombillas LED mejoró drásticamente. El nivel de manufactura en China avanzó a pasos agigantados y la logística en África también mejoró notablemente.

Estas tendencias convergieron alrededor de 2018-2020 y, de repente, la economía de la energía solar fuera de la red se invirtió por completo: el problema del hardware quedó resuelto.

Pero aún quedaba un obstáculo enorme y aparentemente insalvable: para alguien que gana 2 dólares al día, un pago inicial de 120 dólares es demasiado caro.

Y aquí es donde la historia se pone interesante.

El milagro del costo de transacción cero

Un breve repaso histórico: en 2007, la empresa de telecomunicaciones keniana Safaricom lanzó la plataforma de pagos móviles M-PESA, que permitía a los usuarios transferir dinero por SMS.

En ese momento, todos pensaban que fracasaría: ¿quién transferiría dinero por celular?

Para 2025, el 70% de los kenianos usan pagos móviles, no como complemento bancario, sino como sustituto. Kenia lidera el mundo en transacciones per cápita de pagos móviles.

Su éxito radica en resolver un dolor real: los kenianos ya transferían dinero por redes informales, y M-PESA lo hizo más barato y seguro.

Esto es clave: M-PESA creó un canal de pago con costo de transacción casi nulo, lo que hace económicamente viable el cobro de pequeños montos.

Esto rompió por completo las limitaciones del modelo de financiación y dio origen al modelo “pago por uso” (PAYG) que lo cambió todo.

De producto a servicio: la revolución del modelo PAYG

Este es el núcleo de toda la transformación, lo que hace posible todas las demás oportunidades. La lógica del modelo es la siguiente:

1. La empresa (como Sun King, SunCulture) instala el sistema solar en el hogar;
2. El usuario paga un anticipo de unos 100 dólares;
3. Luego, durante 24-30 meses, paga 40-65 dólares al mes;
4. El sistema incluye un chip GSM para conectividad remota;
5. No paga → corte remoto del servicio;
6. Paga → suministro continuo de electricidad;
7. Tras 30 meses → el usuario es dueño del sistema y disfruta de electricidad gratis de por vida.

La magia está en que el usuario no compra un sistema solar de 1.200 dólares, sino que reemplaza el gasto semanal de 3-5 dólares en queroseno por una suscripción solar diaria de 0,21 dólares (solo 1,5 dólares semanales, la mitad del costo del queroseno). No solo es más barato, sino que ofrece mejor iluminación, carga de celulares, radio y sin riesgo de enfermedades respiratorias.

¿Y la tasa de morosidad? Más del 90% de los usuarios renuevan a tiempo.

La razón es simple: este activo realmente es útil y aporta valor cada día. Si no, tendrían que volver a la época de la lámpara de queroseno, y nadie quiere eso.

Esta es la “innovación” que todos pasan por alto: la caída del precio del hardware hace que el producto sea barato, el modelo PAYG lo hace accesible y el pago móvil hace que PAYG sea económicamente viable.

A continuación, veamos dos casos para entender la reacción química de combinar estos tres factores.

Caso 1: Sun King

En 2023, Sun King vendió 23 millones de productos solares, sirviendo a 40 millones de clientes en 42 países, y planea alcanzar 50 millones de ventas para 2026. Su gama de productos abarca desde lámparas solares portátiles hasta kits solares domésticos para varias habitaciones y cocinas limpias de gas licuado de petróleo.

Productos:

• Lámparas solares portátiles (50-120 dólares)
• Sistemas de cine en casa para varias habitaciones (200-500 dólares)
• Cocinas limpias de gas licuado de petróleo (adquirió PayGo Energy)
• Carga de celulares, baterías de respaldo, iluminación

Es un foso de crecimiento compuesto: cada avance facilita el siguiente.

Poca gente fuera de África lo sabe: Sun King tiene más del 50% de cuota de mercado en su segmento. Ya no es una startup pequeña, sino un proveedor dominante de infraestructura.

Es como si una startup tuviera el 50% del mercado solar residencial en EE.UU., pero su impacto y mercado potencial total (TAM) son mayores porque no hay una red eléctrica existente como competencia.

Caso 2: SunCulture, la revolución agrícola de 14.000 dólares por hectárea

Si Sun King se centra en la iluminación y electrificación doméstica, SunCulture se enfoca en la productividad agrícola, y sus datos son aún más impresionantes.

Problemas clave:

• El 95% de las tierras agrícolas del África subsahariana dependen de la lluvia;
• Los agricultores gastan 2.000 millones de dólares al año en bombas de agua diésel.

Solución de SunCulture:

• Bombas de riego solares;
• Monitoreo remoto por IoT;
• Pago por uso en cuotas (100 dólares de anticipo, 40-65 dólares al mes);
• Instalación gratuita, garantía de 10 años;
• Sistema de riego por goteo incluido.

Resultados reales:

• Rendimiento de cultivos 3-5 veces mayor;
• Ingresos de agricultores pasan de 600 a 14.000 dólares por hectárea;
• Tras pagar, el costo marginal es cero (sin diésel);
• Irrigación todo el año, sin limitaciones estacionales;
• 17 horas semanales ahorradas en transporte de agua.

Estado de escala:

• Más de 47.000 sistemas instalados;
• Más de 40.000 agricultores atendidos;
• Más del 50% de cuota en el mercado de pequeños agricultores;
• Cubre 6 países (Kenia, Uganda, Etiopía, Costa de Marfil, Zambia, Togo).

No es un proyecto de caridad, es un cohete en pleno ascenso.

Ahora viene la parte más interesante:

¿Recordás que las bombas solares de SunCulture reemplazaron a las de diésel? Cada bomba ahorra 2,9 toneladas de emisiones de CO2 al año.

47.000 bombas × 2,9 toneladas/bomba = 136.000 toneladas de CO2 ahorradas al año, más de 3 millones de toneladas acumuladas en 7 años.

Y lo clave es: hay quienes están dispuestos a pagar por esa reducción de emisiones.

Dejá que otros paguen tu infraestructura

Ahora es el turno de los créditos de carbono. SunCulture es la primera empresa africana de riego solar registrada en Verra (el principal organismo mundial de estándares de carbono). Por cada tonelada de CO2 reducida, puede vender créditos por 15-30 dólares (créditos agrícolas premium, no compensaciones forestales dudosas).

Repasemos el ciclo, ahora con el “turbo” de los créditos de carbono:

• Instalación de sistemas solares;
• El sistema reemplaza al diésel (verificado por telemetría IoT);
• Las reducciones se convierten en créditos de carbono;
• Venta de créditos a empresas que necesitan compensar emisiones;
• Ingresos por carbono subsidian el 25-40% del costo inicial;
• Menor costo → mercado objetivo 4-5 veces mayor;
• Más sistemas instalados → más créditos de carbono generados;
• El ciclo se repite.

Lo mejor: hay quienes pagan por adelantado los créditos de carbono.

British International Investment y SunCulture lanzaron el primer “financiamiento de equipos respaldado por carbono”: 6,6 millones de dólares, asumiendo el riesgo de precio del carbono, SunCulture recibe fondos iniciales y los agricultores pueden comprar bombas con un 25-40% de descuento.

Así debería ser el modelo: el impacto climático, antes una externalidad, ahora es fuente de ingresos; el problema del carbono del hemisferio norte subsidia el acceso a la energía en el sur global.

El mecanismo de créditos de carbono convierte la infraestructura climática en una clase de activo financiable a gran escala.

¿Qué sigue?

¿Por qué estas empresas aún no son masivas?

¿Por qué el mercado está tan concentrado? Porque operar toda la cadena de valor es extremadamente difícil. Se necesita:

• Conocimiento en fabricación de hardware;
• Cadena de suministro para mercados dispersos;
• Red de distribución de última milla (Sun King tiene 29.500 agentes);
• Integración de pagos móviles;
• Modelos de scoring crediticio para personas sin cuenta bancaria;
• Sistemas IoT/telemetría;
• Atención al cliente en más de 10 idiomas;
• Capacidad de financiación (equity, deuda, titulización);
• Alianzas en mercados de carbono;
• Capacidad de cumplimiento regulatorio en más de 40 países.

La mayoría de las empresas logran 2-3 de estos puntos, los ganadores los logran todos.

Esto crea enormes barreras de entrada y fosos defensivos a largo plazo. Los nuevos entrantes no pueden competir solo con paneles más baratos; la verdadera defensa es la capacidad de ejecutar toda la cadena de valor.

¿Puede este modelo escalar?

Hagamos cuentas para ver su potencial:

• 600 millones de personas en el África subsahariana sin electricidad confiable;
• 570 millones de pequeños agricultores en África;
• 900 millones de africanos usan cocinas tradicionales.

Y eso es solo África; sumando Asia (1.000 millones sin electricidad), el mercado supera los 300-500 billions de dólares.

Pero lo clave es que esa cifra subestima la oportunidad. El sistema solar es solo el caballo de Troya; el verdadero negocio es la relación financiera con cientos de millones de usuarios.

Porque en realidad estás construyendo una capa de infraestructura digital que puede soportar:

• Préstamos al consumo (celulares, motos, electrodomésticos);
• Financiamiento ganadero/agrícola;
• Productos de seguros;
• Servicios médicos;
• Servicios educativos;
• Procesamiento de pagos.

Por lo tanto, el verdadero mercado potencial es todo el gasto de consumo de los 600 millones que están por ingresar a la clase media.

Efectos de segunda orden al escalar

Ampliemos la perspectiva: ¿qué pasa si más de 100 millones de personas acceden a la electricidad con este modelo?

• Niños estudian de noche → mejores notas → mejores empleos;
• Adultos trabajan de noche → más ingresos;
• Agricultores riegan todo el año → producción 3-5 veces mayor → seguridad alimentaria;
• Carga de celulares → acceso a pagos móviles → mayor inclusión financiera;
• Refrigeración → almacenamiento de vacunas → prevención de enfermedades;
• Refrigeración → mayor vida útil de carne y leche → menos desperdicio de alimentos;
• Adiós al humo del queroseno → menos enfermedades respiratorias;
• Cocinas limpias → 600.000 muertes menos al año por contaminación doméstica;
• Reemplazo del diésel → mejor calidad del aire.

Ahora, lo importante

Este es el modelo de infraestructura del siglo XXI: no liderado por el gobierno, no centralizado, sin proyectos gigantescos de 30 años. Modular, distribuido, medición digital, monitoreo remoto, financiamiento PAYG, subsidios de carbono, desplegado por empresas privadas en mercados competitivos.

Modelo de infraestructura del siglo XX:

• Generación centralizada;
• Liderazgo gubernamental;
• Financiamiento de grandes proyectos;
• Ciclos de construcción de 30 años;
• Empresas de servicios públicos monopólicas.

Modelo de infraestructura del siglo XXI:

• Distribuido/modular;
• Liderazgo del sector privado;
• Financiamiento PAYG;
• Despliegue en días/semanas;
• Mercados competitivos.

Así se construirá el futuro.

Análisis de escenarios pesimistas

¿Qué problemas pueden surgir?

Primero, hay que aclarar: esto no es una solución mágica — el solar PAYG sirve para hogares y pequeños agricultores, no para fábricas o industria pesada, ni puede reemplazar totalmente la red eléctrica.

• Riesgo cambiario: las empresas financian y compran hardware en dólares, pero cobran en moneda local (naira, chelín, etc.). Un colapso monetario puede destruir la economía unitaria de la noche a la mañana.
• Riesgo político/regulatorio: el gobierno puede imponer límites a préstamos, aranceles a la importación solar o subsidiar la red/diésel para proteger empresas estatales.
• Riesgo de morosidad: una tasa del 10% parece buena pero es frágil; shocks económicos, sequías o inestabilidad política pueden disparar la morosidad.
• Complejidad de mantenimiento: paneles duran 25 años, baterías 5, bombas pueden fallar. Montar una red de servicio en zonas rurales africanas es costoso.
• Volatilidad del precio del carbono: en 2024, el precio del crédito de carbono cayó de 30 a 5 dólares/tonelada. Si el 25-40% de la asequibilidad depende de ingresos por carbono, la volatilidad puede ser devastadora.
• Riesgo de competencia de la red: si el gobierno realmente expande la red (económicamente inviable, pero posible con suficientes subsidios).
• Cuellos de botella en la cadena de suministro: congestión portuaria, demoras aduaneras, aranceles, controles de exportación chinos y problemas logísticos de última milla pueden causar retrasos, mayores costos y mayor capital de trabajo.

Lo interesante es que Sun King ya empezó a fabricar equipos en África, lo que reducirá 300 millones de dólares en importaciones en los próximos años.

Análisis de escenarios optimistas

Vale la pena prestar atención a los escenarios pesimistas, pero más aún a cómo este modelo puede no solo tener éxito, sino crecer explosivamente.

La curva de costos aún no tocó techo

El precio de los paneles solares cayó un 99,5% en 45 años, pero quizá solo estamos a mitad de camino.

Situación actual:

• Capacidad de manufactura solar china: más de 600 GW (1GW=1.1billions W);
• Demanda global anual: unos 400 GW;
• Exceso de capacidad → inminente colapso de precios.

Tendencias futuras:

• Paneles solares: 0,2 dólares/W → 0,1 dólares/W en 2030;
• Baterías: con la masificación de las de sodio, el costo bajará otro 50%;
• Sistemas solares domésticos completos: 120-1200 dólares → 60-600 dólares.

Un sistema básico de 60 dólares ampliará el mercado objetivo de 600 millones a 2.000 millones de personas. No solo electrificará zonas rurales de África, sino también de India, Bangladesh, Pakistán, el sudeste asiático y América Latina.

Despertar de las instituciones financieras de desarrollo: inyección de capital barato

Actualmente, estas empresas se financian al 12-18%. ¿Qué pasaría si las instituciones de desarrollo realmente cumplieran su función?

Escenario ideal:

• Banco Mundial, IFC, British International Investment crean fondos especiales;
• Otorgan préstamos “des-riesgados” a operadores maduros como Sun King y SunCulture;
• El costo de financiación baja del 15% al 5-7%.

El salto resultante:

• Pagos mensuales bajan un 30-40%;
• El mercado objetivo suma más de 200 millones de usuarios;
• El período de recuperación baja de 30 a 18-24 meses;
• Las empresas despliegan 3-5 veces más rápido y con mejor economía unitaria.

Esto es similar a lo que ocurrió tras la validación del microcrédito por Grameen Bank: miles de millones de dólares en capital barato inundaron el mercado.

El efecto red recién comienza

Un factor clave que todos subestiman: la validación social a escala.

El ciclo de crecimiento:

• Aldea A: 3 familias instalan paneles solares;
• Los vecinos ven: niños estudiando de noche, sin olor a queroseno, celulares siempre cargados;
• En 12 meses, 30 familias de la aldea A instalan paneles solares;
• Las aldeas vecinas se enteran → los agentes de ventas reciben pedidos masivos;
• La empresa amplía la red de distribución para satisfacer la demanda.

Los datos lo demuestran:

• Desde 2018, el costo de adquisición de clientes de Sun King cayó un 60%;
• Razón: boca a boca, referidos — “mi primo tiene uno”;
• En mercados maduros (como Kenia), más del 40% de las ventas provienen de referidos.

Cuando el 20-30% de los hogares de una zona tienen energía solar, se convierte en la opción por defecto. Ya no sos un early adopter, sos un rezagado. Así se difundieron los celulares en África: tras el punto de inflexión, la curva de adopción se disparó exponencialmente.

Las redes eléctricas que nunca llegaron al campo terminaron siendo un regalo. Mientras los expertos debatían durante 50 años cómo llevar la infraestructura del siglo XX al África rural, algo más interesante sucedió: África construyó directamente la versión del siglo XXI.

Modular, distribuida, digital, financiada por los usuarios, subsidiada por la reducción de emisiones de carbono.

El futuro solar punk no es ciencia ficción. Son 23 millones de sistemas solares, 40 millones de beneficiarios y, sobre todo, la infraestructura que deberíamos construir cuando dejamos atrás el pasado.