Cómo los aranceles de Trump se convierten en eventos de pump-and-dump para las criptomonedas y las acciones de IA

La política arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump ha demostrado de manera consistente cómo un determinado anuncio puede impactar el sentimiento del mercado inversor—y cómo a menudo tiene repercusiones catastróficas en el sector cripto. 

El mismo comportamiento puede observarse en los acuerdos y asociaciones multimillonarios entre gigantes de la inteligencia artificial y su efecto posterior en las acciones relacionadas. Los críticos temen que estos mecanismos, por extensión, estén creando una burbuja financiera en formación. 

Cómo los cambios comerciales sacuden los mercados

Las reacciones de los inversores ante cambios repentinos en la política comercial de EE.UU. han seguido un patrón repetitivo de pánico y recuperación. 

El ejemplo más reciente ocurrió a principios de este mes, cuando nuevos anuncios de aranceles provocaron un desplome del mercado que eliminó más de 19 mil millones de dólares en posiciones apalancadas de cripto en un solo día.

Cada vez que Trump intensifica o revierte aranceles—especialmente contra rivales importantes como China—los mercados tienden a responder de manera predecible. Las acciones caen inicialmente en medio de la incertidumbre y el miedo, y luego se recuperan una vez que su postura se suaviza o se reanudan las negociaciones.

Estas oscilaciones imitan de cerca los ciclos de pump-and-dump, impulsados más por el sentimiento que por los fundamentos. 

Sin embargo, este patrón no es exclusivo de Trump, ni su impacto se limita al sector cripto. Recientes acuerdos multimillonarios entre grandes empresas tecnológicas y de inteligencia artificial han producido efectos similares. 

El hype supera el valor real del mercado

La influencia dinámica de Trump en los mercados va más allá de los aranceles, llegando hasta la inteligencia artificial moderna y una economía impulsada por la tecnología. 

A principios de este mes, OpenAI y AMD cerraron un acuerdo para el despliegue de capacidad de cómputo y una opción para que OpenAI adquiera hasta el 10% de las acciones de AMD. El día del acuerdo, las acciones de AMD subieron más del 38%. 

Sin embargo, la acción rápidamente comenzó a enfriarse. Analistas y traders pronto se dieron cuenta de que el acuerdo era complicado y que podría no aumentar inmediatamente las ganancias de AMD. 

Cuando Nvidia sorprendió de manera similar a los inversores al anunciar una colaboración de 5 mil millones de dólares con Intel, las acciones de esta última subieron alrededor del 23% en un solo día. Sin embargo, poco después, los analistas comenzaron a cuestionar si la reacción del mercado había sido exagerada.

Señalaron que el acuerdo no aumentaría inmediatamente las ganancias de Intel. En cambio, el hype se basaba en la emoción más que en los fundamentos. Como resultado, las acciones retrocedieron en los días siguientes, convirtiendo lo que parecía una gran victoria en un repunte de corta duración. 

Tras otros anuncios recientes de miles de millones de dólares por parte de grandes firmas de inversión y empresas tecnológicas, las tendencias bursátiles han mostrado el mismo patrón de oscilaciones bruscas y rápidas correcciones.

Sin embargo, estos mecanismos difieren en un aspecto importante de cómo reaccionan los mercados ante los anuncios de aranceles de Trump.

Crecimiento especulativo en un sistema cerrado

Los recientes anuncios de alto perfil de un pequeño círculo de gigantes tecnológicos y de inteligencia artificial muestran cómo un puñado de empresas puede mover enormes cantidades de capital especulativo a través de grandes asociaciones y acuerdos de inversión. 

Lo que distingue a esta dinámica es que gran parte de esta actividad recicla dinero dentro del mismo ecosistema, creando la apariencia de expansión sin necesariamente generar nuevo valor. Los inversores ingresan, las valoraciones se disparan y la ilusión de un crecimiento infinito alimenta una mayor especulación.

Sin embargo, esta economía genera la sensación de un circuito financiero cerrado, donde no necesariamente se crea valor. En cambio, se infla y se transfiere.

El riesgo de una burbuja autoinducida

Al igual que las oscilaciones arancelarias de la era Trump, los mercados actuales reaccionan no a los fundamentos, sino a ciclos de liquidez impulsados por titulares. El resultado es un sistema donde solo un puñado de empresas puede mover los mercados, y sus “acuerdos” actúan como catalizadores de olas de compras y ventas especulativas.

Si estos anuncios se convierten en la nueva normalidad, la especulación amplificada que los acompaña podría desconectar los precios de los activos de su valor económico real. El mayor riesgo subsiguiente es la generación de una burbuja financiera.

A medida que más inversores persiguen estos movimientos impulsados por el momentum, los precios se inflan aún más. Esto podría alimentar un ciclo de optimismo auto-reforzado. Si los acuerdos subyacentes rinden crónicamente por debajo de lo esperado, todo el mecanismo puede estallar de repente.