¿La IA desplazará a los artistas del centro de atención?

La inteligencia artificial se ha infiltrado en casi todos los campos: el trabajo, la salud, el transporte e incluso nuestro ocio. Ya no solo optimiza tareas mecánicas; se aventura en el mundo de las emociones y la creación. Algunos ya temen la desaparición de profesiones enteras, reemplazadas por líneas de código. La música, ese lenguaje universal que siempre ha pertenecido a los humanos, ahora se ve atravesada por una pregunta inquietante: ¿y si los cantantes pierden su lugar frente a la IA?

Cuando la IA compone y canta: la tentación de la automatización

La IA, ya en el centro de los debates en los campus estadounidenses, también provoca fuertes sacudidas en la industria musical. Aplicaciones como Udio y Suno ahora permiten crear una canción completa en segundos. El proceso es simple: escribís una instrucción, y la IA compone una melodía, genera una voz y agrega la letra. 

Esta facilidad inquieta tanto a artistas como a productores, que ven surgir una competencia inesperada. Si bien la tecnología seduce por su rapidez, también genera una preocupación persistente: ¿seremos testigos pronto del fin de las estrellas pop tal como las conocemos?

Así fue como un DJ austríaco, apodado Butterbro, creó un tema schlager titulado Verknallt in einen Talahon que llegó al puesto 48 en los charts alemanes en 2024. La historia hizo mucho ruido: fue la primera vez que una canción generada completamente por IA logró entrar en un ranking oficial.

El ejemplo más impactante es, sin duda, Heart on My Sleeve, una canción que utiliza imitaciones vocales de Drake y The Weeknd. Se volvió viral antes de ser retirada de las plataformas por presión de las discográficas. 

El debate está planteado: ¿podemos aceptar que una voz sintética imite a nuestras estrellas favoritas hasta el punto de engañar a los oyentes? Para el músico Martin Clancy, la respuesta es clara:  

Lo que está en juego son cosas que damos por sentadas: escuchar música hecha por humanos, personas que viven de eso y que se reconozca como una habilidad especial.

IA versus estrellas pop: entre oportunidad y apropiación cultural

Algunos artistas eligen abrazar la IA. La cantante Grimes lanzó Elf.Tech, una plataforma que permite usar su voz clonada con la promesa de compartir ingresos. “Sentirse realmente increíble por hacer arte hermoso es algo que típicamente ha estado fuera del alcance de mucha gente —requiere enormes cantidades de tiempo y energía, años de formación técnica. Creo que es valioso que exista una herramienta con la que, si tenés una idea hermosa, puedas crear algo hermoso y acceder a eso”, destaca. 

El rapero canadiense Killy fue aún más lejos, ofreciendo a sus fans clonar su voz y prometiendo el 50% de las regalías por cualquier canción viral. Pero este entusiasmo contrasta con las críticas de otros artistas. Cadence Weapon señala que la reproducción vocal afecta especialmente a los artistas negros: se clonan las voces de Drake, Kanye West o Notorious B.I.G. para covers, un fenómeno denunciado como una nueva forma de “blackface” musical.

Al mismo tiempo, la IA sirve como argumento de marketing. El productor Timbaland presentó a “TaTa”, una cantante generada por IA, destinada a encarnar el primer ícono del “A-Pop”. Para él: 

Ya no solo produzco temas. Produzco sistemas, historias y estrellas desde cero. [TaTa] no es un avatar. No es un personaje. TaTa es una artista musical viva, que aprende y es autónoma, construida con IA. TaTa es el comienzo de algo más grande. Es la primera artista de una nueva generación. A-Pop es la próxima evolución cultural, y TaTa es su primer ícono.

Una declaración que intriga a los curiosos, pero que ha desatado una ola de críticas por apropiación cultural.

Una industria en transición: Grammys, TikTok y saturación musical

El mercado no espera. Casi 49.000 canciones se lanzan cada día en Spotify. En este contexto, la IA acelera aún más el ritmo. TikTok lanzó Ripple, un generador musical que transforma un simple tarareo en una canción completa. 

El argumento es claro: hacer que la creación musical sea accesible para todos, como lo hizo GarageBand en 2004.

Pero esta abundancia también genera temores. Para Jacques Greene, estamos viviendo un momento crítico donde la música, la televisión e incluso el periodismo parecen perder su valor. Esta devaluación no es solo una cuestión de calidad artística: refleja cómo la IA altera todas las industrias creativas, produciendo mucho más rápido que un humano y saturando los canales de distribución.

Algunos hitos clave

• 2023: Heart on My Sleeve con voces clonadas de Drake y The Weeknd se vuelve viral;
• 2024: Verknallt in einen Talahon, primer hit de IA en entrar en los charts de Alemania;
• 2025: Timbaland lanza “TaTa”, artista IA destinada a encarnar el A-Pop;
• Spotify: 49.000 canciones nuevas por día, a menudo ahogadas en la masa.

Frente a esta mutación, las instituciones reaccionan. Los Grammys han decidido: las canciones que incorporan inteligencia artificial siguen siendo elegibles, pero los temas puramente artificiales no pueden ser premiados. Una forma de preservar el valor humano, reconociendo que la IA ya se ha convertido en un actor clave.

Los trabajadores de la música no son los únicos que se sienten amenazados: todos los sectores están atravesados por este auge de la IA. Sin embargo, algunos analistas creen que blockchain podría superar a la inteligencia artificial y crear hasta 1.5 millones de empleos para 2030. La batalla de las tecnologías está lejos de terminar.