El gobernador de California va con todo: Newsom quiere lanzar una "moneda de la corrupción" para burlarse de Trump

Título original: «Newsom quiere lanzar la "Trump Corruption Coin": ¿Cuántas jugadas polémicas ha habido desde que asumió el nuevo presidente de EE.UU.?»

Autor original: Eric, Foresight News

El actual gobernador de California, Gavin Newsom, y el actual presidente de Estados Unidos, Trump, han tenido constantes enfrentamientos en los últimos años.

Recientemente, Newsom declaró en el pódcast Pivot, conducido por la periodista tecnológica Kara Swisher y el profesor de la Universidad de Nueva York Scott Galloway, que planea emitir la "Trump Corruption Coin" para satirizar el uso de criptomonedas por parte de Trump para beneficio propio.

En el pódcast, Newsom criticó a Trump con mucha dureza, y este "odio profundo" no es algo reciente. Los meses de tensión entre ambos representan tanto el grito de una parte de la población estadounidense harta del uso del poder para beneficio personal por parte de Trump, como un reflejo de la eterna disputa entre demócratas y republicanos en EE.UU.

Las controversias sobre la "corrupción" de Trump tienen larga data. Según una investigación de The Washington Post, el Trump International Hotel recibió al menos 47 delegaciones oficiales de distintos países entre 2017 y 2020. Solo el gobierno de Arabia Saudita gastó más de 270 mil dólares en el hotel, mientras que en ese mismo período el gobierno estadounidense firmó acuerdos de venta de armas con Arabia Saudita por 110 billions de dólares. Este tipo de intercambio de favores políticos por beneficios comerciales resulta impactante.

Durante el mandato que comienza en 2025, la familia Trump es especialmente conocida en la industria Web3 por emitir el meme token TRUMP y lanzar World Liberty Financial. Según The New York Times, hasta el 1 de julio de este año, Trump y sus socios poseían TRUMP por un valor de 6.9 billions de dólares y, a través de World Liberty Financial, tenían 15 billions de WIFI. En la preventa de WIFI, figuras e instituciones como Justin Sun, DWF Labs y Aqua 1 Foundation realizaron generosas contribuciones.

A fines de mayo de este año, Trump organizó una cena en su club de campo privado en las afueras de Washington para los 220 mayores poseedores del token TRUMP, lo que motivó a muchos interesados en acercarse al poder a comprar frenéticamente el token antes del evento. Sin embargo, el resultado sorprendió a muchos: Trump solo estuvo presente brevemente y dio un discurso irrelevante, no hubo la prometida oportunidad de "contacto cercano" con él, y la comida fue tan común que generó muchas críticas. Este tipo de comportamiento por parte de un presidente provocó protestas ciudadanas.

El portavoz de la Casa Blanca insiste en que las acciones de la familia Trump en el ámbito de las criptomonedas son gestionadas por un fideicomiso familiar y no tienen relación directa con Trump. Sin embargo, en realidad, los tokens TRUMP y WIFI son solo la punta del iceberg en cuanto a las conductas "corruptas" durante el mandato de Trump.

Desde principios de año, el evento más polémico de Trump fue el anuncio del Departamento de Defensa de EE.UU. el 21 de mayo sobre la aceptación de un avión privado valorado en 400 millones de dólares donado por Qatar. Según Xinhua News Agency, los críticos señalan que aceptar regalos de alto valor de gobiernos extranjeros podría violar la "Cláusula de Emolumentos Extranjeros" de la Constitución de EE.UU., que prohíbe a los funcionarios federales aceptar obsequios de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso, con el fin de evitar que los funcionarios se vean influenciados en sus decisiones diplomáticas.

Trump, el gobierno estadounidense y las autoridades de Qatar argumentan que el avión fue donado a la nación estadounidense y no a Trump en lo personal. Los demócratas aprovecharon la situación: miembros demócratas del Comité Judicial de la Cámara de Representantes anunciaron una investigación y exigieron al gobierno de Trump que presentara documentos legales que justificaran la legalidad de aceptar el avión.

Ejemplos similares se han multiplicado en pocos meses. Tras asumir el cargo, Trump eliminó normas éticas gubernamentales vigentes por 50 años, despidió a personal de organismos de supervisión y relajó las restricciones sobre cabilderos y sobornos extranjeros; además, bajo el pretexto de "seguridad nacional", limitó la aplicación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, protegiendo en la práctica los sobornos de empresas estadounidenses y políticos asociados en el extranjero.

Además, Trump apoyó generosamente a los "mecenas" que ayudaron a su victoria. Trevor Milton, fundador de la automotriz estadounidense Nikola, fue condenado por fraude a inversores, pero recibió el indulto tras donar 1.8 millones de dólares a la campaña de Trump junto a su esposa. Jared Isaacman, importante inversor de SpaceX (empresa de Elon Musk), se convirtió en el director más joven de la NASA gracias al apoyo de Musk y Trump. El propio Musk recibió el estatus de "empleado especial del gobierno", eludiendo la obligación de revelar activos y evitar conflictos de interés. Por supuesto, el posterior distanciamiento entre ambos es otra historia.

The New York Times, en su artículo "¿Por qué los estadounidenses no se indignan ante el uso del poder para enriquecimiento personal por parte de Trump?", comenta que EE.UU. parece haberse insensibilizado ante este tipo de conductas presidenciales, que en cierto modo se han convertido en una "regla no escrita". Según el propio hijo de Trump, durante el primer mandato de su padre intentaron actuar con discreción y aun así recibieron críticas, por lo que prefieren actuar abiertamente. Michael Johnston, profesor emérito de Colgate University y autor de varios libros sobre corrupción en EE.UU., afirma: "Llevo 50 años estudiando y escribiendo sobre corrupción, pero aún me sorprendo". Incluso con la actitud tan descarada de Trump, salvo que los demócratas decidan usar esto como excusa para intentar derrocarlo, los republicanos y los grupos de interés que los respaldan son un iceberg difícil de mover para cualquier individuo u organización.

El actual gobernador de California, Newsom, parece ser el "boxeador" más probable para enfrentarse a Trump en este momento.

Desde que asumió en 2019, Newsom ha sido un firme defensor del Partido Demócrata. Al poco tiempo de asumir, firmó la ley SB 54, que prohíbe a la policía estatal cooperar con el ICE en la detención de inmigrantes ilegales. Luego, el gobierno de Trump demandó a California por la "ley de santuario", alegando inconstitucionalidad y amenazó con cortar fondos federales. Newsom respondió con firmeza: "Si se animan, vengan a California a arrestar gente". Tras la segunda instancia judicial, el fallo fue salomónico: la Casa Blanca debía seguir enviando fondos, pero California debía entregar parte de los datos. Así comenzó el conflicto entre ambos.

Después, los enfrentamientos se volvieron frecuentes, pero el punto de quiebre para Newsom llegó en junio de este año.

Hace poco más de dos meses, una redada del ICE en comunidades de inmigrantes provocó disturbios. Trump, sin el consentimiento de Newsom, ordenó el despliegue de 4,000 miembros de la Guardia Nacional y 700 marines en Los Ángeles. Newsom respondió demandando a Trump y al Secretario de Defensa por inconstitucionalidad, y se unió a 22 gobernadores demócratas para condenar el "abuso federal de las fuerzas armadas". Desde entonces, la relación pasó del desagrado mutuo a una guerra cibernética de insultos. En el pódcast mencionado al principio, Newsom no escatimó en críticas hacia Trump.

Desde la inmigración hasta el despliegue militar, el conflicto entre Newsom y Trump ya no es solo una diferencia de políticas, sino una confrontación sistémica entre federalismo y autonomía estatal, entre la "América roja" y la "América azul". Aunque Newsom había declarado varias veces que no le interesaba la presidencia, este año mencionó por primera vez la "posibilidad de postularse", y la potencial contienda entre ambos en las elecciones presidenciales de 2028 hace que esta "telenovela California vs Casa Blanca" se parezca cada vez más a una antesala presidencial.

Recientemente, algunos sostienen que la sorprendente inversión del gobierno de Trump en Intel es parte de un plan para implementar el "capitalismo de Estado" y salvar a EE.UU., pero esta política choca con la cultura de libre mercado que ha predominado durante mucho tiempo. Las jugadas inesperadas de Trump han tenido cierto efecto, pero también han puesto la corrupción en primer plano, mientras que las criptomonedas, casi por accidente, se han convertido en beneficiarias de la lucha política.

A pesar de todo, aunque el Congreso de EE.UU. apoya fuertemente las criptomonedas, muchas leyes estatales sobre reservas de cripto aún no han sido aprobadas por los gobernadores. El lobby de la industria Web3 es una fuente importante de donaciones; el actual apoyo de EE.UU. a Web3 sin duda favorece el desarrollo del sector, pero no necesariamente por "buena voluntad". Detrás de una aparente apertura federal hacia el crypto, en realidad hay muchas tensiones ocultas.