Wall Street contiene la respiración antes del informe de empleo de septiembre

En Estados Unidos, el informe de empleo esperado para este viernes 5 de septiembre podría sellar el destino de las tasas de interés. Los mercados, impulsados por las esperanzas de una flexibilización monetaria, están atentos a la más mínima señal de debilidad. Sin embargo, la ecuación sigue siendo frágil: una desaceleración lo suficientemente significativa como para justificar una baja de tasas, pero sin reavivar los temores de una fuerte recesión económica.

Una pausa en el empleo alimenta las apuestas por la flexibilización monetaria

El último informe de empleo de EE.UU. marcó un punto de inflexión para las expectativas del mercado, a diferencia del repunte registrado tras la publicación de las cifras de inflación de julio. En julio solo se crearon 73.000 empleos no agrícolas, una cifra muy por debajo de las previsiones. Esta pausa, reforzada por revisiones a la baja de los datos de mayo y junio, fue percibida por los inversores como una señal tangible de debilitamiento del mercado laboral.

Esta dinámica refuerza las expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal. El mercado laboral estadounidense se ha desacelerado, señala Alex Grassino, economista jefe de Manulife Investment Management, enfatizando que los componentes del próximo informe, especialmente la tasa de desempleo y los salarios por hora, deberían enviar el mismo mensaje.

De cara al informe de agosto, esperado para este viernes 5 de septiembre, el mercado anticipa la confirmación de esta desaceleración. Los datos esperados y los comentarios de los participantes del mercado apuntan a un escenario de apoyo monetario reforzado:

• Se esperan 75.000 nuevos empleos para agosto, una cifra históricamente baja, especialmente en un período no recesivo;
• Los futuros de los fondos federales ahora descuentan un 89% de probabilidad de un recorte de tasas de 25 puntos básicos en la próxima reunión de la Fed el 16-17 de septiembre.

Para Jack Janasiewicz, estratega de Natixis IM, “Las tasas más bajas probablemente pesan más que una desaceleración moderada del mercado laboral, y eso probablemente pone un piso debajo de la economía y... el mercado de acciones”.

Drew Matus (MetLife Investment Management) agrega “Se necesitaría una fortaleza muy generalizada en el informe para que la Fed reconsidere la idea de bajar las tasas”, antes de añadir que las probabilidades son “bastante bajas”.

Así, el consenso se forma en torno a un escenario en el que una desaceleración continua del empleo daría a la Fed el margen de maniobra necesario para iniciar una serie de recortes de tasas.

Sin embargo, esta estrategia, aunque esperada, se basa en un delicado equilibrio entre apoyar la economía y controlar las persistentes presiones inflacionarias.

Señales contradictorias

Junto a los datos económicos, los mercados financieros continúan evolucionando en una dinámica contradictoria. El S&P 500 subió un 1,9% en agosto, a pesar de ser un mes históricamente difícil para las acciones estadounidenses.

“En los últimos 35 años, septiembre ha sido el peor mes del año para el S&P 500, con una caída promedio del 0,8%”, recuerda el Stock Trader’s Almanac. Este rendimiento inesperado en verano se explica en parte por el entusiasmo de los inversores en torno a las perspectivas de la inteligencia artificial, aunque las acciones tecnológicas mostraron signos de debilidad a finales de mes, especialmente con las expectativas sobre los resultados de Broadcom.

Más allá de la dinámica del mercado, un factor institucional pesa sobre las expectativas. El intento de Donald Trump de destituir a la gobernadora de la Fed, Lisa Cook, ha reavivado los temores sobre la independencia del banco central. Cook llevó el asunto a los tribunales, argumentando que el presidente no tiene el poder de destituirla.

“Muchas cosas que los participantes del mercado daban por sentadas ahora están siendo cuestionadas”, advierte Grassino. Este clima alimenta una volatilidad latente, ya que la posición de la Fed también se convierte en objeto de especulación política.

En este contexto de incertidumbre, bitcoin y las principales criptomonedas podrían destacarse. Una flexibilización confirmada por la Fed aumentaría el atractivo de los activos alternativos, especialmente las criptos, debido a su desacoplamiento parcial de los mercados tradicionales.

La convergencia de estas tensiones institucionales y la situación económica alimenta así una incertidumbre estructural. A corto plazo, cifras de empleo en línea o ligeramente por debajo de las expectativas podrían reforzar la trayectoria flexible de la Fed. Si las tasas bajan, como espera Goldman Sachs, será tanto una respuesta a la realidad económica como a un entorno institucional bajo presión.