Banco checo prueba activos cripto en programa piloto

El Banco Nacional Checo acaba de alcanzar un hito sin precedentes: la compra de 1 millón de dólares en criptomonedas, incluyendo bitcoin. Es la primera vez que un banco central europeo realiza una operación de este tipo, en un contexto donde muchas instituciones aún se muestran cautelosas respecto a las criptomonedas. Detrás de esta suma simbólica, se esconde una fuerte declaración de intenciones, ya que el país busca comprender y probar el futuro de las finanzas. Un gesto discreto, pero que bien podría anunciar un punto de inflexión en las políticas monetarias en la era de estos activos.

Una primera adquisición de criptomonedas regulada, cautelosa pero sin precedentes

Mientras las tesorerías cripto evolucionan, el Banco Nacional Checo (CNB) anunció oficialmente el jueves 7 de noviembre de 2025 la compra de criptomonedas por un valor de 1 millón de dólares como parte de una fase de pruebas.

La institución especifica que esta iniciativa tiene como objetivo adquirir “experiencia práctica” en la gestión de criptomonedas, sin señalar un cambio inmediato en la política monetaria. El portafolio experimental establecido por el CNB incluye Bitcoin, una stablecoin respaldada por el dólar estadounidense y un depósito bancario tokenizado.

El gobernador del banco, Aleš Michl, destacó el alcance simbólico y prospectivo de la operación: “es realista imaginar que algún día se puedan comprar bonos checos tokenizados o un café con una simple transacción digital”. Esta declaración sitúa este enfoque dentro de una visión a largo plazo sobre la evolución del sistema monetario.

Este tipo de experimentación forma parte del programa más amplio CNB Lab, una estructura de innovación lanzada por el banco para estudiar los usos de blockchain y otras tecnologías financieras emergentes. Lejos de limitarse a bitcoin, esta iniciativa busca equipar al banco central para enfrentar transformaciones estructurales del sector. Esto es exactamente lo que contiene este portafolio de prueba:

• Bitcoin (BTC): elegido por su potencial de diversificación y baja correlación con activos tradicionales, especialmente bonos;

• Una stablecoin respaldada por el dólar estadounidense: utilizada para evaluar la dinámica de estabilidad en transacciones digitales;

• Un depósito bancario tokenizado: incluido para observar los mecanismos de tokenización de activos bancarios clásicos.

Al crear este portafolio, el CNB no busca retornos inmediatos, sino que se prepara para posibles desarrollos internacionales, especialmente en estándares de intercambio o prácticas contables relacionadas con criptomonedas. Así, comprender estos activos ya no puede quedarse en lo teórico para un banco central que desea mantenerse competitivo a nivel global.

Una estrategia de exposición más amplia, entre ambición y cautela

La iniciativa cripto de noviembre no es la primera incursión del CNB en el mundo de las criptomonedas. En enero pasado, Aleš Michl había propuesto comprar bitcoin por un monto equivalente al 5 % de las reservas internacionales del banco, aproximadamente 7.3 mil millones de dólares.

Sin embargo, esta audaz propuesta, orientada a diversificar las reservas debido a la nula correlación entre bitcoin y los bonos, no fue aprobada por el directorio del CNB.

Michl justificó entonces su enfoque usando la lógica de portafolio: “bitcoin algún día podría valer cero o una suma colosal”. Esta postura, realista respecto a los riesgos y abierta al potencial, ilustra la tensión constante entre innovación y cautela dentro del banco central checo.

Además, el CNB también ha explorado una forma de exposición indirecta a las criptomonedas. En julio, invirtió en 51.732 acciones de Coinbase, el gigante estadounidense de plataformas de intercambio cripto. Esta inversión, valorada en 18 millones de dólares al momento de la compra, actualmente vale 15.7 millones de dólares.

Aunque no se trata de criptomonedas en sí mismas, esta inversión refleja el deseo de integrarse al ecosistema sin asumir directamente la volatilidad de los activos. Combinando un enfoque tecnológico (a través del CNB Lab), experimentación directa (con la compra de BTC) y exposición indirecta (con Coinbase), el CNB está construyendo así una estrategia de monitoreo activo del sector, sin romper bruscamente con su doctrina monetaria tradicional.

A través de estas acciones, el Banco Nacional Checo muestra una postura que podría inspirar a otros bancos centrales en Europa, especialmente a los de países medianos más inclinados a la experimentación, mientras que el BCE ha reafirmado a menudo una posición crítica hacia bitcoin. Lejos de un modelo de dolarización o de adopción de la principal cripto como moneda de curso legal, el caso checo ilustra un enfoque pragmático orientado a anticipar, más que a soportar, los cambios que se avecinan.