Por primera vez desde los años 90, los bancos centrales de todo el mundo han cambiado las reglas del juego. Ahora están acumulando más oro que bonos del Tesoro de EE. UU.
Es como si los jefes financieros globales hubieran echado un vistazo a los pagarés de Washington y dijeran: no, dame el oro.
Ahora los expertos dicen que esto representa un cambio fundamental en la forma en que las naciones protegen su riqueza.
Bonos del Tesoro tradicionales
Los analistas compartieron que, a mediados de 2025, los bancos centrales poseen colectivamente alrededor de 36,700 toneladas de oro, valoradas en 4.5 trillones de dólares.
Compárese eso con aproximadamente 3.5 trillones de dólares guardados en bonos del Tesoro de EE. UU. El oro ahora representa alrededor del 27% de las reservas de los bancos centrales, relegando a los bonos del Tesoro tradicionales a un segundo plano.
El euro y otras monedas representan un 16%, pero el oro? Es el nuevo campeón de las reservas. Otra vez.
¿Por qué esta fiebre dorada? Los bancos centrales han estado en una ola masiva de compras, adquiriendo más de 1,180 toneladas solo el año pasado, más del doble del promedio anual de la década anterior.
Y es una campaña sostenida, que señala profundas dudas sobre el futuro del dólar y la creciente deuda de Estados Unidos.
Geopolítica y gestión de reservas
Piénsalo así: cuando tu socio comercial empieza a verse inestable, la deuda fiscal se acumula, las políticas se vuelven impredecibles, y hay rumores de crisis, no te quedas con promesas. Quieres activos tangibles, un seguro que puedas tener en la mano.
Esa es la sensación que tienen los bancos centrales. Las tensiones geopolíticas, las amenazas de inflación y los interminables enfrentamientos fiscales en EE. UU. han puesto los nervios de punta. El oro, como el superviviente definitivo, atrae la atención.
Y ya no se trata solo de oro. Entra Bitcoin, el recién llegado digital que busca sentarse junto a los metales preciosos en los salones de reservas.
El gobierno de EE. UU. lanzó su Reserva Estratégica de Bitcoin a principios de 2025, manteniendo bitcoin incautado como un activo a largo plazo, no para una venta rápida.
Esto señala un futuro donde la gestión de reservas no solo se trata de metales brillantes, sino también de tokens digitales seguros criptográficamente.
Abandonando las promesas en papel
Los expertos dicen que esta tendencia es un giro psicológico y estratégico, una señal clara de que la confianza en las monedas fiduciarias y la deuda soberana está resquebrajándose.
Como señaló Balaji Srinivasan, Bitcoin y el oro se están convirtiendo en pilares centrales de una nueva era monetaria donde la transparencia y la seguridad reinan supremas.
¿Y para los inversores? Es una señal de neón parpadeante de que los activos refugio han evolucionado, de lingotes de oro a monedas digitales, ambos reclamando su lugar en la guerra contra la inflación y la inestabilidad.
Así que los bancos centrales están reescribiendo el manual, o volviendo a las viejas costumbres, abandonando las promesas en papel por lingotes de oro y libros de contabilidad digitales.
Es un reinicio en las finanzas globales que nos recuerda que, cuando las cosas se ponen difíciles, los fuertes buscan lo tangible y lo transparente.
Experto en criptomonedas y Web3, fundador de Kriptoworld
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Con años de experiencia cubriendo el espacio blockchain, András ofrece reportajes perspicaces sobre DeFi, tokenización, altcoins y regulaciones cripto que están dando forma a la economía digital.
